Para mi adorada Mariposa, en su primer Medea.
Hace algunos años, la nomenklatura de la división de posgrados de la FCPyS de la UNAM me vetó para cursar el doctorado en esa facultad. Mi solicitud cumplía con los requisitos académicos a más de comprobar una larga trayectoria profesional y numerosas publicaciones. Una secretaria me informó del rechazo, algo sorprendente ya que es un comité el que valora y decide sobre las peticiones de admisión. Por un descuido de la secretaria vi anotada en mi documentación la leyenda “no entrevistar”, seguida del nombre y firma de una profesora que ahí ha de jubilarse, primero dios.